Ese día al fin llegó y el editor presentó el libro públicamente.
El autor dedicó para ella unas bellas palabras en las primeras páginas de su ejemplar.
Con el libro de poemas entre sus brazos y el pecho, llegó a casa. Preparó un té, se sentó y empezó a ojearlo despacio, buscando los dibujos…
Vio a la mariposa, liviana y frágil. Parecía segura revoloteando en el papel, atrapada en la luz veraniega del blanco rectángulo; como LA VERDAD con su mirada sincera.
Un poco más adelante, reconoció el ojo opaco de la MENTIRA en la cara del camaleón. Sonrió ante un dibujo engañoso, que en pleno otoño nos recordaba la primavera florida.
Después encontró al inmóvil cangrejo, con sus defensas preparadas, parapetado en su armadura, la que se ciñó al escuchar por primera vez el tic-tac del tiempo, en el invierno de la DESILUSIÓN.
Ella misma se reconoció en la cornamenta del ciervo, de intenciones transparentes. El instinto que, aunque trajeado, seguiría luchando con pureza, porque es primavera y los brotes empujan desde la vida.
Buscó al último de los animales, dibujado sin artificios humanos, el ALMA de todos los demás.
El sonido de las hojas pasando le sorprendió como un recuerdo de viento sacudiendo ramas floridas… pero el ave no estaba.
Le pareció ver algo, un destello de color que salía volando desde el corazón del libro…
Por más que buscaba, el alado no aparecía; tampoco en la página que estaba destinada a ser su jaula; la 68.
El MISTERIO le envolvió poderosamente y se dio cuenta de que solo en libertad se expresa el ALMA ANIMAL.
Como ella misma, su pájaro había preferido saltar entre las hojas y posarse «brevemente» en cada uno de los poemas, antes de proseguir su viaje.
(Esta historia es cierta y como siempre que se dan todas las condiciones, la poesía nos sorprende con sus regalos.)
El libro de poemas: ARIMA ANIMALIA (editorial Maiatz)
Autor: Juankar L. Mugartza
Ilustraciones: Agurtzane Anduetza